YOGA MILAREPA MALAGA

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SOBRE EL YOGA

YOGA: ENERGÍA Y RELAJACIÓN

PARTE I.

            El Yoga es una de las disciplinas más antiguas del mundo. Junto con la danza y el teatro, el Yoga es practicado desde hace millares de años. Se originó,  sin duda, en la India, aunque también en Persia, en el antiguo Egipto, e incluso en China, se advierten una visión similar del mundo y un trabajo corporal idéntico.
            El Yoga es uno de los seis sistemas filosóficos ortodoxos de la India, y contiene tratados que engloban aspectos de índole médica, tanto desde la fisiología corporal como desde las posibilidades terapéuticas contenidas en el propio cuerpo. Junto a estos elementos, el Yoga contiene en su conjunto una serie de técnicas dirigidas a la potenciación y desarrollo de los más altos niveles del ser humano, tanto en su aspecto físico como psíquico, mental, psicológico y, sobre todo, espiritual y místico.
            El Yoga Físico, el más conocido y divulgado en Occidente, es un conjunto de técnicas que valiéndose de la estructura física del ser humano, impulsan su más completo desarrollo, intentando establecer el dominio del practicante sobre su propia energía física, para así poder dirigirla y encaminarla a la conquista de sus más elevados niveles mentales y espirituales. Cada sesión de Yoga está pensada y se realiza para facilitar la toma de conciencia en profundidad del propio cuerpo, a la vez que se induce la movilización de la propia energía para estimularla y potenciarla.
            El Yoga es una ciencia pragmática y atemporal, desarrollada a través de milenios, que trata del bienestar físico, moral, mental y espiritual del hombre como un todo. También se ha descrito el Yoga como un arte, como sabiduría en acción ó vivir equilibradamente entre actividades, con armonía y moderación.
            Aparecido en Occidente a principios del siglo XIX, hace poco más de cien años, hoy en día se propaga hasta las aldeas y pueblos más retirados. Propone técnicas que aportan relajación y bienestar, tanto física como mentalmente, conservan la flexibilidad, mantienen la salud y el dinamismo y desarrollan la capacidad de concentración.
            En efecto, las posturas de Yoga (ásanas) procuran firmeza, salud y ligereza de miembros. Una postura firme y agradable produce equilibrio físico y mental, evitando, a la vez, la inconstancia de la mente. No se tratan de simples ejercicios gimnásticos: son posturas. Para realizarlas se necesita solamente de un espacio limpio y aireado y decisión. Mientras que otros sistemas de entrenamiento físico necesitan de amplios campos de juegos y de un equipo costoso, las posturas de Yoga pueden hacerse sin nada, ya que los mismos miembros del cuerpo proporcionan los necesarios pesos y contrapesos. Mediante su práctica regular desarrollamos agilidad, equilibrio, resistencia y una gran vitalidad.
            Estas posturas se han ido desarrollando y estudiando durante siglos para ejercitar cada músculo, cada nervio y cada glándula del cuerpo. Aseguran un  físico bueno, es decir, elástico, fuerte y flexible, sin estar envarado por un exceso de músculo, al tiempo que mantienen el cuerpo libre de enfermedades. Reducen, también, el cansancio y calman los nervios. La medicina actual centra su interés en los muchos beneficios que la práctica del Yoga proporciona, principalmente, en el ámbito hormonal y en el tratamiento de enfermedades mentales, junto con la ayuda de una terapia verbal.
          Jamás es demasiado tarde para acercarse al Yoga, independientemente de que tenga uno cinco o ciento cinco años.
          El aprendizaje del Yoga, en el caso de dirigirse particularmente a los jóvenes, les da la posibilidad de canalizar sus energías, sin por ello ofrecerles estructuras fijas. La libertad de movimientos y el dominio corporal marchan a la par con el aprendizaje de la relajación, la autonomía y el sentido de las responsabilidades, ofreciendo su enseñanza progresiva, equilibrada y no competitiva, que resultados tales como cambio de conducta, mejor escolaridad, abandono de hábitos negativos, pensamiento positivo, esperanza de futuro y apertura al mundo, sean decisivos. 
Hoy en día, muchos jóvenes se ven atraídos fácilmente hacia los ideales consumistas que los medios de comunicación ofrecen indiscriminadamente, ya que carecen, por regla general, de formación y madurez necesarias y de modelos adecuados que les sirvan como puntos de referencias ideales para contrarrestar esta tendencia.   
            En el caso de dirigirse particularmente a personas mayores, el Yoga contribuye a que los últimos años de la vida puedan ser verdaderamente una época de oro, en la que uno tiene tiempo libre para dedicarse a sí mismo, tanto física como espiritualmente. Nuestro mayores, por lo general, acarrean tras de sí una problemática totalmente distinta a la del resto y basada, fundamentalmente, en malos hábitos de alimentación y diversas dolencias, junto al inadecuado o inexistente ejercicio físico y al desplazamiento social, incluso por sus seres más queridos, al que el moderno ideal de vida social  les obliga. Efectivamente, muchos de los problemas de la última parte de la vida son una combinación de ejercicio insuficiente, malos hábitos de comida y respiración superficial; de ahí derivan achaques como mala circulación, artritis y trastornos digestivos. Pero el cuerpo tiene unos poderes de regeneración increíbles, y ya después de un breve tiempo de práctica del Yoga, una persona se encuentra durmiendo mejor, con más energía y una visión más positiva de la vida.   
           Finalmente, el Yoga, como disciplina psicofísica, se manifiesta como la herramienta más antigua y perfecta que ha desarrollado la Humanidad para su evolución natural. Su práctica continuada permite que aflore y se desarrolle todo el potencial humano. Un potencial caracterizado, entre otras cosas, por ausencia de miedos, conocimiento de sí-mismo, gozo espontáneo, sabiduría, altruismo y  compasión hacia todos los seres. No en vano, el Yoga se encuentra muchas veces, aunque no necesariamente, en el origen de la formación de numerosos movimientos espirituales y humanistas,  principalmente penetrados de filosofía oriental, tales como hinduismo, budismo, taoísmo, zen, artes marciales, etc.
            A su vez, diversas corrientes y escuelas de psicología y psicoterapias modernas occidentales, aparecidas a raíz del desarrollo de la psicología humanista, tienen más de un punto en común con algunos de sus postulados, principios y conclusiones, haciendo uso de sus prácticas.
            La verdadera fraternidad y paz universales sólo pueden existir cuando existen autocontrol y un sentimiento de paz interna. Si no existe paz interior, no puede haber paz exterior. La paz no es la meta, sino el camino.


2.)   FUNDAMENTACIÓN

            Gracias a varios años de experiencia, estudio y práctica del Yoga y la Meditación, junto a otras técnicas de desarrollo del potencial humano en mi actividad docente como profesor de Yoga, he tenido ocasión de comprobar cómo estos conocimientos pueden aplicarse y enriquecer el bienestar físico y psicológico de los seres humanos allí donde se conozcan y practiquen. Nuestra moderna vida social se caracteriza, entre otras numerosas cosas, por la falta de sentido y significado, la prisa, la ansiedad, la pereza ante cualquier esfuerzo y dificultad, el deseo de “un triunfo fácil y rápido”, diferentes adicciones, la búsqueda del placer inmediato, aún a costa del sufrimiento ajeno, etc.
            Estas características, acentuadas en nuestro tiempo y basadas, todas ellas, en una visión egoísta y materialista, acaban repercutiendo finalmente en nosotros mismos bajo diferentes sufrimientos, formas de depresión, estrés y neurosis.
            Las enseñanzas del Yoga concluyen que, mediante unos ejercicios de fácil aplicación y práctica, es posible lograr una conveniente y adecuada relajación junto al desarrollo de una actitud física y mental que aportan un necesario bienestar a cada persona, a la vez que le facilitan y ayudan a encontrar y llevar una vida plena de significado. Al mismo tiempo, estos ejercicios poseen un innegable potencial de desarrollo en centros de educación física, enseñanza, gimnasios, etc.
           
           
Miguel Angel García.